Achmayex guayaxerax

Achmayex guayaxerax
De *At may-əs Wayya-ahghər-agh(i) > ač mayes wayyaghiragh(i), prop.
= lit. He aquí su madre (de él), el espíritu que (es) sustento del universo.

*t /t/ > č /ʧ/, por palatalización.
ach – ma – es – guaya – axir – ax.

1. Tf. ant. desus. Rel. Diosa madre ínsuloamaziq (Chaxiraxi) identificada con la Virgen María del cristianismo.

§ «[…] il nomauano Achuhuran Achahucanac, cioè il grande, il sublime; et alla Nra. // Donna Chaxiraxi, et anco la chiamauano Armaxes guaiaxiraxi, che uuol dire la madre di colui che sostenta il mondo» [Torriani (1590, LI: 70v-71r) 1940: 166].

§ «[…] y adoraban â Díos, â quien llamaban Guaraxíraxí. y â Santa Maria despues que les aparecío la llamaban Chaxíraxí. Y es de notar, que Guayaxíraxí, quiere decír, el que tíene al mundo. Y Chaxíraxí, quiere decír, la que carga al que tíene al mundo. Y por otro nombre llamaron a Santa María Atmayceguayaxíraxí, que quíere decír, La madre del que carga al mundo» [Abreu (ca. 1590, III, 13) d. 1676: 90r].

§ «[…] porque eſta es (diziendolo en ſu propio lenguaje) Achmayex, guayaxerax, achoron, achaman. La madre del ſuſtentador del cielo y tierra y por tanto es Reyna de uno y otro» [Espinosa (1594, II, 7: 42v].

§ Cf. «Pero éste [la personificación deísta en ídolos o estatuas] no fue obstáculo para que el espíritu piadoso de los conquistadores, viera en el fervoroso culto que rendían con todas las apariencias del paganismo clásico a algunas de sus estatuas, singularmente la diosa Chaxiraxi, no a la divinidad gentílica sino a la imagen de María Santísima transportada por los ángeles entre infieles por inescrutables designios de la Providencia; máxime sosteniendo un niño en los brazos por lo que también era llamada, según fray Alonso de Espinosa y fray Abreu Galindo, la Achmayex guayaxerac achoron o Atmayceguayaxiraxi: «la madre del sustentador de cielo y tierra».

Tal creencia dio ocasión al extraordinario y feliz acontecimiento de que los españoles en medio del delirante entusiasmo de los guanches, condujeran la efigie con la mayor veneración a los altares católicos, fundiéndose en dicho símbolo no ya el alma de los dos pueblos sino los ritos de ambas religiones, como aún perduran» [Bethencourt Alfonso (1911) 1994b: 260-261].

N. B. El sentido de la frase permite salvar las dudas que ins­pira la confusa representación gráfica del sufijo pronominal: may-əs se refiere a la ‘madre de él’, es decir, de esa divini­dad masculina que se prefigura como el ‘espíritu sustentador del mundo’, connotada por Alonso de Espinosa con otros dos de sus títulos principales, Achoron (Aqqoran, ‘el Celestial’) y Achaman (Aššaman, ‘Relam­pagueante’ o ‘Centelleante’).