La grafía del número dos

En la escritura antigua del castellano, se daba con frecuencia la realización de una ese más o menos estilizada <ʃ> que podía confundirse con una ele. Por eso la transmisión textual anota «liin» o «lini» para el nombre del número dos en la lista que se atribuye al conquistador toledano Antonio Cedeño (ca. 1490). Igual que también aparece una jota <j> para representar lo que era una <i> larga [«sijn»].

Pero se puede tener por segura la restitución: sîn, f. snet, n. n. card. ‘dos’, cuyo lexema [S·N] presenta además concordancias afroasiáticas evidentes.