El fonema gutural y las grafías de «amaziq»

La lengua amaziq cuenta con un fonema que carece de representación en español. Se parece a la <r> que pronuncian los parisinos <ṛ>. Se trata de un sonido gutural, en concreto, uvular fricativo sonoro, expresado en el alfabeto de la Asociación Fonética Internacional por el grafema [ʁ] y por la gamma griega <ɣ> en la notación corriente, que a menudo se substituye por el dígrafo <gh>.

Por eso, es fácil ver escrito amaziɣ o amazigh, castellanizado <amazighe>, pero también <amaziq>. ¿A qué lógica obedece esta alternancia?

La lengua amaziq conoce desde muy antiguo diversos cambios fonéticos más o menos generalizados, bien condicionados por la propia estructura fonética o bien producidos de forma espontánea. Muchos comportan una finalidad expresiva e incluso gramatical. Para un idioma con tanta riqueza dialectal y tan escasa tradición literaria, este ámbito del análisis lingüístico deviene determinante porque, en el caso de las consonantes, puede afectar además al significado de las palabras. La investigación en fonética experimental no constituye el dominio más avanzado de la filología amaziq, pero ciertas pautas han quedado ya bien consolidadas.

A este respecto, la tamaziɣt (<tamazight> o lengua amaziq) pone en juego una correspondencia regular que desarrolla la gamma <ɣ> o <gh> como una cu geminada o redoblada <qq>. Esto suele quedar expresado así: ɣ /ʁ/ > qq > q (por abreviación de geminada en final absoluto). Se debe a que algunas consonantes no soportan la tensión sin cambiar de calidad, que en este modelo supone en realidad una pérdida de sonoridad.

Las fuentes coloniales representan ese fonema por aproximación, usando, como mínimo, las grafías <h, j, g, x>. Esto entraña una contrariedad muy gravosa a la hora de establecer buenas hipótesis etimológicas, pues, como se decía más arriba, el significado de las palabras se deposita en los lexemas consonánticos. Aunque pasa algo similar con otros sonidos posteriores, por lo que ya no se trata únicamente de concretar el estatuto de la <gh> en los textos. He aquí otras de esas consonantes posteriores que también se confunden:

H h [ɦ] laringal fricativa sonora

Ḥ ḥ [ħ] faringal fricativa sorda

X x [χ] uvular fricativa sorda

Ɛ ε [ʕ] faringal fricativa sonora

El empleo de los dígrafos, que fueron utilizados con amplitud en los primeros estudios lingüísticos amazighes, cuenta todavía con cierta popularidad en la literatura o escritura común. Pero los lectores se quejan, por ejemplo, de que la gamma <ɣ> se confunde con la <y> griega. Y la comodidad de los hablantes de un idioma es un aspecto que se ha de respetar y atender. Pero la investigación científica también está obligada a operar con la mayor precisión posible, por lo que se recurre a grafías poco convencionales fuera de ese ámbito para reducir al mínimo eventuales confusiones. La notación de las consonantes tensas, geminadas o faringalizadas por ejemplo se hacía un tanto abstrusa y se tendió a la simplificación actual.

Así mismo, la expresión tipográfica ha generado numerosos quebraderos de cabeza, sobre todo cuando sólo había máquinas de escribir, otro elemento que contribuyó a seguir manteniendo los dígrafos. Pero los medios técnicos vigentes han reducido considerablemente este problema, salvo quizá para la representación de la tifinagh (escritura original amaziq).

De ahí que este diccionario se refiera al conjunto de las antiguas hablas amazighes de Canarias como «ínsuloamaziq», en singular, e «ínsuloamazighes», en plural.

Esta preferencia por la castellanización «amaziq» abunda en un modelo adoptado también en catalán: <amazic>. Es verdad que, para este concepto, la lengua contempla la cu final (-q) sobre todo en femenino: (Gh) tămâziq; (WE, Y, G, Gh) tămâjəq; (D, WW, N) tămâšəq; (H) tămâhăq. Pero tampoco se trata de una excepción fonética. Sirvan de ejemplo los vocablos: [Š·W·R·Gh] (Mc) ašewraq ‘rubio’, ‘bermejo’; [S·Gh] (R) siqsiq, (Sneh) seqsaq, (Teg) ṣṣəqṣəq, vb. n. ‘brillar’; [B·Q] (Kb, Taš, Sns) abquq, s. m. ‘aro (planta), pie de becerro’.

Algo que observamos de igual manera en las hablas isleñas. Véase por ejemplo una noción tan conocida y bien documentada en fuentes orales y escritas como «Magec», restituida <Maɣeq> o <Magheq>. O bien el topónimo de la comarca que en la actualidad ocupa la capital herreña, Valverde: «Amoco», restituido <Amoq>; también el nombre de ciertas ovejas: «jubaque», restituido <hubbaq>; la denominación de las gavias: «chajoco», restituida <šaghoq>; la designación grancanaria de la resina: «zumeque», restituida <zumeq> o la tardía alusión al atardecer: «enac», restituida <enaq>.

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