Achuhucanac

Achuhucanac
De *at-u hu əkanak > ačuhukanak, prop. (lexicalizada) ‘he aquí este que está en la lluvia’.

at – hu – canac.

1. m. Tf. ant. de­sus. Rel. Divinidad masculina. Var. Achahucanac, Achaxucanac, Hucanec, Hucanech. Err. Achicanac, Achucana, Acucanac, Ahicanac, Hucanel.

Tenerife

§ «A Dios ínVocaban Con diferentes nombres de grande, altísimo, iseñor VniVersal; Hucanech, Manceíto. Acoron, Achaman» [Cedeño (ca. 1490) 1934: 17r].

§ «Hucanel, Mançeito, Acorón, Achamán» [Cedeño (ca. 1490) 1993: 378].

§ «También lo llamaban [a Dios], Achuhuyahan, y Achuhucanac, y Acguayaxerax, que es decír el grande, el sublime, el que todo lo sustenta» [Abreu (ca. 1590: III, 11) d. 1676: 87v-88r].

§ «[…] ancora il nomauano Achuhuran Achahucanac, cioè il grande, il sublime» [Torriani (1590, LI: 70v) 1940: 166].

§ «Y aunque conocian auer Dios, al qual nombrauan por diuersos nõbres y apellidos, como ſon Achuhurahan, Achahucanac, Achguayaxerax, que quiere dezir el grande, el ſublime, el que todo lo ſuſtenta, no tenian ritos algunos, ni ceremonias, ni palabras con que lo veneraſſen» [Espinosa (1594, I, 4: 17r].

§ «En vna cauſa todos concurrian / Creyendo y adorando en vn Dios ſolo, / Suyo ſer infinito Omnipotente // Iuſto, clemente, y pio confeſſanan [sic], / Llamadole eu [sic] ſu lengua Hucanech. / Guayaxerax Acucanac Menceyto / Acoron, Acaman, Acuhurajan / Que ſon ſublimes y altos epitetos / Que ſignifican todo poderoſo / Suſtentador y autor de lo criado, / Sin principio, y ſin fin, cauſa de cauſas» [Viana 1604, I: 9r-9v].

§ «Los de la Isla de Thenerife, llamauan à Dios con diferentes nombres, Achuhurahan, Achahucanac, Achguayaxerax, Hucanech, menceito, Acoron, Acaman […]» [Núñez de la Peña (1676) 1994: 26].

§ «Aahuhucana» [Glas 1764: 148].

§ «[Algunas Dicciones de la Lengua Guanchinesa.] Ahicanac. Dios excelso» [Viera 1772, I: 131].

§ «Achaxucanac (Sublime)» [Viera 1772, I: 165].

§ «[Ténériffe.] Achicanac, Dieu très-grand» [Bory 1803: 50].

§ «Achicanac [Berthelot 1842, I: 183].

§ «Achucana» [Berthelot 1842, I: 183].

§ «Hucanec» [Berthelot 1842, I: 183].

Fuerteventura, Lanzarote

§ «[Lancerotte et Fortaventure.] Ahicanac, Dieu très-haut et conservateur» [Bory 1803: 51]. N. B. La localización propuesta por Bory no queda atestiguada.

N. B. La información religiosa que suministran las fuentes coloniales viene siempre marcada por un sesgo ideológico y una precariedad discursiva determinantes. Nada en ellas respalda el análisis etimológico aducido aquí, que remite, además, a un vocablo tuareg muy peculiar para la ‘lluvia’. Sólo la afinidad dialectal (tămâjəq) entre esas hablas continentales y las isleñas justifica esta explicación, por lo que debe atenderse con prudencia.

Ahora bien, pese a esta singularidad, que acopia aspectos etnolingüísticos tan privativos como sugerentes, tampoco esa noción sagrada se alejaría demasiado del encadenamiento de calificaciones adjudicado a la divinidad masculina en la isla de Tenerife: el que está en lo ardiente (o brillante) y en la lluvia, el sustentador del cielo, el centelleante, el celestial