Jucancha

Jucancha
De *hu-wuqqansas > huqanšaʰ, n. vb. m. sing. ‘he aquí o éste es el perro’.

*s(əs) > š /ʃ/, por correspondencia acústica entre fricativas sordas. *s > [h] > [ø], por aspiración.
hu – cancha.

1. m. Tf. ant. desus. Rel. Entidad o divinidad tenida por maligna (demonio) que, según la tradición, tomaba la apariencia de un perro grande y de pelo espeso. Expr. t.: Guacancha, Gucancha, Hucancha.

§ «[…] otros confesaban haver un Dios universal, y llamaban Jucancha» [Marín 1694, II, 20: 82r].

§ «Jucancha, ò Junicaso» [Marín 1694, III, 24: 159r].

§ «[…] en sus sacrificios se les aparecia el Demonio en varias apariencias, y lo ordinario en la deperro grande, y lleno todo de lana, llamaban cancha, y Gucancha» [Marín 1694, II, 20: 82r].

§ «Jucancha, T[enerife]. “Dios universal”. Marín y Cubas / Divinidad infernal de los perros, según tradición tinerfeña» [Bethencourt Alfonso (1880) 1991: 233].

§ «Guañajé, deidad protectora del ganado cabrío; Ca­najá, la del ovejuno; Jucancha, del perro» [Bethencourt Alfonso (1911) 1994b: 268].

§ «Hucancha, fantôme sous la forme d’un chien. [La] P[alma]. Viera.» [Berthelot 1842, I: 188].

§ «guacancha «perro» MIL[LARES] X/240» [Wölfel 1965: 445].

N. B. Vincular animales, y en particular el perro, a referencias religiosas no representa una novedad en la cultura afroasiática. Es más, con frecuencia se adopta este animal como guía y guardián, tanto en el ámbito astronómico (Sirio) como de la vida material (pastoralismo nómada). Pero aquí no queda claro el verdadero estatuto de esta supuesta divinidad, que la mayor parte de la tradición asocia con cualidades poco amistosas con las personas ajenas al lugar, objeto o circunstancia que se encuentre bajo su protección.