Echeide

Echeide
De *eššăḍ, n. vb. m. sing. ‘malignidad’.

*z /z/ > j /ʒ/ > š /ʃ/ > h /ɦ/, por palatalización /ʒ/, ensordecimiento /ʃ/ y pérdida del rasgo labial /ɦ/.
Š·Ḍ

1. Tf. ant. desus. Rel. Infierno. Var. Echeyde, Eheida, Eheide. Err. Echeydey, Egeide.

§ «[…] decían que elalma notenía pena o gloria mas Conocían hauer ín fíerno íque solamente era parael demonío llamado guaíota íaelin fíerno Echeíde íquehauitabaen el volcan deelpícodetéide í assí lellamaronis Ladelín fíerno» [Cedeño (ca. 1490) 1934: 17r].

§ «[…] et diceuano hauer Inferno del Pico di Teida (perche Eheida uuol dire Inferno, et il Demonio guaiota) […]» [Torriani (1590, LI: 71r) 1940: 166].

§ «Con todo eſto conocian auer infierno y tenian para ſi que eſtaba en el pico de Teyda, y aſſi llamauan al infierno Echeyde, y al demonio Guayota» [Espinosa 1594, I, 5: 18r].

§ «Ignorauan que fueſſen immortales / Las almas, y que vuieſſe pena y gloria, / Aunque afirmauan cierto auer infierno, / Que llamauan Echeyde: y al demonio, / Guayota, y por el alto monte Theyda, / Y por el Sol aquien Magec llamauan, / Iurauan con recato, y gran reſpecto» [Viana 1604, I: 13r].

§ «Hace algo más de 30 años que tuve un presa canario (berdino o bardino) de nombre “Aydi”. Por ese tiempo, en el verano de 1967, hablando con el último cabrero, Juan Évora, que llevaba el rebaño a Boca Tauce hasta que empezaban las nieves, me decía que el Teyde por dentro se llamaba “Echeyde”. Al llegar el verano, salía de ese interior “la diablita”, que miraba para ver si hacía calor y que saliera entonces el diablo. Para engañarla, los pastores encendían fogaleras en Las Cañadas para hacer ver que no había verano. Juan establecía sus fechas según el «año de los cabreros», que para él empezaba con San Juan. Por eso era que las fogaleras había que hacerlas la víspera. Así, cuando salía la diablita, pensaba que era un año muy frío y se volvía a meter para decírselo al diablo. Sólo podía salir esa noche, así que los cabreros se libraban del diablo hasta el año siguiente. Para él, dentro del Teyde había grandes cuevas, y eso era Echeyde. Es algo más complejo y más largo, pero resumido es como explicaba las fogaleras de San Juan» [Francisco Javier González Pérez, La Laguna, 70 años, com. pers. 12-VIII-2010].