Achaman
De *assaman > aššaman, adj. m. sing. lit. ‘centelleante’, fig. ‘el Celeste’, ‘Dios’.
*s > š /ʃ/, por labialización.
S·M – N — Cf. [Š·M]
1. m. Tf. ant. desus. Rel. Divinidad masculina. Var. Achamán. Err. Acaman, Achamón.
§ «Kebehi benComo que anadíereconoçe superior sino a Achamàn, quees díos» [Gómez Escudero (ca. 1484) 1934: 49v].
§ «[…] que sepan los spañoles que viue allí Kebehi Bencomo que a nadie reconoce superior sino a Achamón que es dios […]» [Gómez Escudero (ca. 1484) 1993: 445].
§ «A Dios ínVocaban Con diferentes nombres de grande, altísimo, iseñor VniVersal; Hucanech, Manceíto. Acoron, Achaman» [Cedeño (ca. 1490) 1934: 17r].
§ «Hucanel, Mançeito, Acorón, Achamán» [Cedeño (ca. 1490) 1993: 378].
§ «Tenian un Dios, aquíen llamaban en su lengua Achguayer xeran Achoron, Achaman: que quíere decír en nuestro lenguage Sustentador de cielo, y tierra» [Abreu (ca. 1590, III, 11) d. 1676: 87v-88r].
§ «Confessauano il uero Dio con questo nome Achguaiaxerax, et Ochoron Achaman, coiè sostentatore del Cielo et della terra» [Torriani (1590, LI: 70v) 1940: 166].
§ «El conocimiento que los naturales Guanches tenian de Dios era tan confuſo, que ſolo conocian auerlo: conociendo y alcançando auer vn hazedor y ſuſtentador del mundo (que lo llamauan como dicho tengo, Achguayaxerax, Achorom, Achaman, ſuſtentador de cielo y tierra)» [Espinosa 1594, I, 5: 17v].
§ «[…] porque eſta es (diziendolo en ſu propio lenguaje) Achmayex, guayaxerax, achoron, achaman. La madre del ſuſtentador del cielo y tierra y por tanto es Reyna de uno y otro» [Espinosa (1594, II, 7: 42v].
§ «[…] Quebehi Bencomo, que no teme à otro, que à Achaman, que es à Díos» [Núñez de la Peña (1676) 1994: 120].
§ V. Frs. Atguaychafanataman.
N. B. La literalidad relampagueante de esta noción enfatiza, igual que en el Zeus olímpico, la dimensión más activa y poderosa de la energía masculina deificada.
Muy popular en la sociedad de Tenerife contemporánea de la colonización europea, el concepto evidencia una composición más adjetiva que substantiva. Se sigue así una costumbre bastante generalizada en la cultura amaziq, y en otras muchas tradiciones ancestrales, que recurre a menciones cualitativas para evitar la pronunciación del verdadero nombre de Dios (conocido, en realidad, por unos pocos iniciados). Una caracterización, no obstante, que las fuentes etnohistóricas presentaron en términos muy escuetos e imprecisos.
El estudio de la documentación disponible muestra que este teónimo compartía preferencia con otras dos denominaciones, quizá incluso anteriores, pues tanto Xerax (y variantes) como Acorán, también registrado en Gran Canaria, aparecen en fórmulas ligadas a ciertos acontecimientos y ceremonias que denotan mayor antigüedad de uso.
Se ha de hacer constar también que este nombre sagrado no guarda ninguna relación con el Amón egipcio, grafía griega del original Amen o Imen (‘el escondido u oculto’), dios primordial que era concebido como la esencia generadora del viento. El enunciado isleño Achamón es sólo una errata deslizada por el profesor Morales Padrón (1993: 445) en su transcripción del texto de Pedro Gómez Escudero (ca. 1484 > 1682-86).
Más dudas podría suscitar el tardío Acaman de Marín (1694), que, pese a identificarlo con el Sol, parece sólo la lectura latinizante de Achaman (ch = k). No obstante, el lexema [K·M] (kma) refiere el acto de ‘fumar’ o ‘ahumar’, base que no queda muy lejana del semantema [Š·M] (ašəm) en su acepción de ‘encender (una mecha)’, valores semánticos similares a los que distinguen a las divinidades en la isla de El Hierro (Eraoranhan y Moneiba). Pero esta interpretación requiere considerar salvedades heurísticas y dialectales innecesarias, como se ha visto, para obtener una explicación solvente.
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