ben
De *wān > wên, n. n. card. m.
*w > /ß/ > b, por consonantización [w > ß] y posterior neutralización [ß – b].
Y·W·N
1. n. n. card. m. GC. ant. desus. Mat. Uno. Var. been, veen. En f. uait.
§ «Contaban por numeros deuno hasta dies dicíendo en su lenga [sic] ben .1. Liin 2. amiet 3. arba 4. Canza 5. sumus 6. sat 7. acot 8 [sic]. set 8. acot 9. marago 10. y sobre dies contaban coneluno onçe, venír marago. iparael 12 línir marago hastael 20 Linago. 30 amíago. 40 arbago. 50 Cansago. 60 sumago. 70 satago. 80 setago. 90 acotago. bemaraguín 100 limar [roto] …in 200 tta» [Cedeño (ca. 1490) 1934: 17r].
§ «Manera que tenían de contar los Gentiles Guanches Canarios. / Por decir uno, decian Ben. / Dos Lini. / Tres Amiat. / Cuatro Arba. / Cinco Cansa. / Seis Sumus. / Siete Sát. / Ocho Set. / Nueve Acot. / Diez Marago. Once Benir Marago. / Y de esta suerte, iban contando de diez en diez, multiplicando siempre el número que le pertenecia, segun la cantidad, o multitud que querian contar» [Sosa (1678) 1994: 325].
§ «Noms de nombre du même dialecte d’après Abreu Galindo. / 1. Been (Ben?). / 2. Lini. / 3. Amiat. / 4. Arba. / 5. Cansa. / 6. Sumous. / 7. Sat. / 8. Set. / 9. Acot. / 10. Marago. / 11. Beni-marago. / 12. Lini-marago. / 20. Linago. / 21. Beni-linago. / 22. Lini-linago. / 30. Amiago. / 31. Beni-amiago. / 32. Lini-amiago. / 40. Arbiago. / 50. Cansago. / 100. Beemaragoin (Ben’marago?). / 200. Limaragoin (Li’marago?)» [Berthelot 1842: 190].
§ «Uno = Ben» [Álvarez Rixo (ca. 1860) 1991: 44].
N. B. Durante mucho tiempo, la grafía nait ha desconcertado a los investigadores. La única forma más o menos similar proviene del zenaga neyun. Pero, aun así, cualquier explicación debía forzar las conjeturas. El grupo canario con inicial b-, u- o v-, antigua versión europea del fonema w semiconsonántico, compone una expresión sin duda más cercana a la realidad.
No obstante, cuantas modalidades amazighes se pueden reunir exhiben alguna vocal al comienzo del vocablo, hecho desconocido en la forma canaria y en la versión protoamaziq [W·(H)], también reconstruida [Y·W·(D)]. Circunstancia que se repite en las fórmulas egipcia, chadiana, cuchítica y árabe. Por lo demás, coinciden en el radical principal pese a las inevitables variedades locales que promociona la ausencia de una lengua literaria común, oscilando entre la bilabial w, la velar g, las palatales y, ğ y la alveolar j.
Esa forma femenina uait de este nombre de número confirma una terminación -n (< -än) para el masculino, que en el ámbito amaziq se corresponde hoy con el tercer radical del lexema [Y·W·N]1, ya que la raíz primaria pudo ser [*Y·W·(D)], según Zavadovskij (1974: 105), o bien [(Y)·W·(H)], según Prasse (1974: 403). Por tanto, es preciso aceptar aquí una excepción al uso de los perfectos cualitativos en la construcción de los numerales.
Las desinencias del par ben / uait [wê-(ă)n / wai-(ə)t] parecen indicar que estos números fueron concebidos como participios:
[…] si le féminin est encore caractérisé par un t final, ce t n’est pas surajouté à la forme masculine correspondante, mais en alternance avec un n de masculin. […] Or une pareille relation formelle de l’expression du genre est, pour l’instant, sauf erreur, absolument isolée sauf dans le participe singulier touareg. Sans doute est-ce là l’origine de l’hypothèse toujours en suspens selon laquelle ce nom de nombre serait un ancien participe. En ce cas son origine verbale serait profondèment oubliée car sa syntaxe usuelle n’est pas celle du participe [A. Basset 1952: 28-29].
El antiguo egipcio waε y el árabe wâḥid (participio activo) comparten con la expresión canaria, sin semiconsonante palatal (Y) o vocal anterior (i-) prefijada, una fisonomía característica. Tales afinidades abonan la hipótesis de un fondo común afroasiático.